miércoles, 25 de septiembre de 2019

LEY DEL CELIBATO

 

Celibato es el estado del soltero o sea del célibe (en latín caelebscaelibis). El término adquirió un sentido de compromiso, de opción de vida.
La opción por el celibato puede ser religiosa, como se presenta entre los sacerdotes y monjas católicos, los monjes budistas y otras religiones; filosófica, como la opción de Platón por el estado celibatal; social, como se presenta en quienes optan por dicho estado como opción personal. Lo común es que el estado celibatal sea voluntario, pero también puede ser inducido o forzado, como en el caso de los esclavos.
En el mundo occidental contemporáneo el concepto de celibato ha sido frecuentemente asociado a la Iglesia católica. Por su parte, Oriente conoce este estado por la Iglesia ortodoxa, el budismo y el hinduismo. Las opciones célibes de pensadores, escritores, artistas o líderes son menos conocidas que la de los religiosos, pero no por ello menos significativas.

Historia

Del hinduismo al budismo

Las opciones célibes eran ya conocidas en India a través del hinduismo con el surgimiento de los ascetas y anacoretas y aquellos que dejaban el mundo material para buscar la explicación trascendental de la existencia a través de la contemplación. Este esquema puede ser probado en los testimonios de Siddharta Gautama (560 y 480 a. C.), quien en búsqueda de la verdad se une a estos. Si bien el joven bráhmana no continuó el camino de los anacoretas hinduistas, indudablemente estos influenciarían mucho en la espiritualidad que de él se seguiría.
El monje budista es el que sigue el camino del Buda y por lo tanto busca el desapego como método de la realización plena. Según el budismo, el sufrimiento del mundo es producto del apego​ y en dicho sentido el casarse no está contemplado dentro de ese camino de desprendimiento. El mismo Siddharta abandonó a Iashodhara, con la cual se había casado a la edad de 16 años y con quien había tenido un hijo, Rahula, quien después se uniría a sus enseñanzas como bonzi.
El celibato budista ha tenido sus réplicas contemporáneas por parte de movimientos seculares en países de mayoría budista. Uno de los ejemplos es la película de Pan NalinSamsara (2001), en la cual se cuestiona el abandono de Yasodhara y su hijo por parte de Siddharta a través de la historia de amor de un joven bonzi que se enamora de una muchacha de la aldea cercana. El joven abandona el monasterio y se casa con ella, pero después de varios años siente la nostalgia de la comunidad religiosa y —tal como Siddharta con Iasodhara— la abandona tras la imprecación de su esposa, quien le dice «¿Qué es más importante: satisfacer mil deseos o conquistar tan sólo uno?».

En el judaísmo y el islam

Aparte de hinduistas y griegos, son escasos los pueblos que le dieran valor al celibato y, como sucedió con el judaísmo bíblico este era visto más como una maldición divina. Por ejemplo, en el voto de Jefté, su hija, la cual debía ser sacrificada según la promesa de su padre, no llora por su muerte, sino porque morirá virgen.​Poblar la tierra se establece como un mandato divino tal como está expresado en el Génesis e incluso antes del pecado del hombre, «Dios los bendice y les dijo: “Sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra”».​ Dicho mandamiento es reiterado después del relato del Diluvio universal: «Sed fecundos y multiplicaos y llenad la tierra».​ El deber bíblico de procrearse se expresa en Sara, la cual dice de sí misma que «Dios me ha impedido tener hijos» y para cumplir con el mandamiento ésta da a su marido a su esclava Agar: «Únete a mi esclava, de pronto de ella tendrás hijos». Después las dos esposas de Jacob con sus respectivas esclavas comienzan una auténtica competencia de procreación para dar descendientes a su marido de lo cual nacerían las doce tribus de Israel. Es significativo el diálogo entre Raquel y su marido quien le reclama «dadme hijos o si no me muero». Otros personajes bíblicos tendrían carácter similar: ya en los albores del cristianismo, una de las figuras más significativas es Isabel, esposa del sacerdote Zacarías, a quien se le concede un hijo en su vejez, lo que Lucas el Evangelista presenta como que «el Señor le había hecho misericordia».
Esta idea judaica pasaría igual al islam que es fiel a la reproducción de la vida como una ley divina según los mandamientos antiguos, incluso a través de la poligamia, practicada en la actualidad en muchos países.

Hoy en día

En el siglo XX el tema volvió a resurgir con el Papa Pío XII, que defendió el celibato en la encíclica Sacra Virginitas.
Y en el segundo Concilio Vaticano, en 1965, el Papa Pablo VI también divulgó un documento, De Sacerdotio Ministeriali, abordando el asunto.
CruzDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionMás de siete mil brasileños solicitaron a la Iglesia que les exima del sacramento de la Orden para poder casarse.
En una carta de 1979, el papa Juan Pablo IIafirmó: "Fruto del equívoco -si no de mala fe- es la opinión, con frecuencia difundida, de que el celibato sacerdotal en la Iglesia católica es sólo una institución impuesta por ley a aquellos que reciben el sacramento de la Orden. Todos sabemos que no es así".
"Todo sacerdote que reciba el sacramento de la Orden se compromete al celibato con plena conciencia y libertad, después de la preparación de varios años, profunda reflexión y asidua oración", escribió el pontífice.
"Toma esa decisión sólo después de haber llegado a la firme convicción de que Cristo le concede ese 'don', por el bien de la Iglesia y para el servicio de los demás. Sólo entonces se compromete a observarlo toda la vida", explicó.
Su sucesor Benedicto XVI también hizo declaraciones acerca del celibato: "Para comprender bien lo que significa la castidad debemos partir de su contenido positivo, explicando que la misión de Cristo lo llevaba a una dedicación pura y total hacia los seres humanos".
"Con el voto de castidad, los sacerdotes, religiosos y religiosas, no se consagran al individualismo o a una vida aislada, sino que prometen solemnemente poner las relaciones intensas de las cuales son capaces al servicio del Reino de Dios", dijo en una homilía.

Padres casados

Según el Movimiento Nacional de las Familias de los Padres Casados, más de siete mil brasileños solicitaron a la Iglesia que les exima del sacramento de la Orden para poder casarse.
Esto significa que de cada cuatro sacerdotes católicos que son ordenados en Brasil, uno abandona la sotana a cambio del matrimonio.
SacerdotesDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Según la revista La Civiltá Cattolica, publicada desde 1850 en Roma por los jesuitas italianos, en todo el mundo ese número supera a los 60 mil sacerdotes.
Ya existe una función para aquellos que están casados pero desean desempeñar papeles más religiosos dentro del catolicismo: actualmente, la Iglesia católica ordena a hombres casados ​​como "diáconos permanentes".
"Pueden desempeñar casi todas las funciones de los sacerdotes, con la excepción de la consagración de la hostia en la comunión y la absolución de los pecados en la confesión", aclara Ribeiro Neto.
Por otro lado la demanda existe: faltan sacerdotes en el mundo.
Dentro del propio clero, muchos sacerdotes cuestionan si ha llegado la hora de cambiar esa posición. Uno de los sacerdotes católicos brasileños más famosos de la actualidad, el padre Fábio de Melo, ya dio entrevistas diciendo que la norma del celibato debería ser abolida, "por ser algo propio de la Edad Media".
Según este sacerdote, la Iglesia debería permitir sacerdotes casados ​​- y mantener la posibilidad del celibato para aquellos que quieran hacer una "entrega más radical".

Dilema en la Iglesia

En un artículo divulgado por la agencia estadounidense Religion News Service, que existe desde 1934, el padre jesuita Thomas Reese defendió que el celibato clerical fuera opcional.
"El Papa Francisco ha dicho que está abierto a la posibilidad, pero quiere que la demanda venga de conferencias episcopales nacionales", afirmó Reese ahí.
Libro religiosoDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Reese insinúa que, a lo largo de la historia y alrededor del mundo, son muchos los religiosos que no siguen la norma.
La Iglesia, sin embargo, mantiene el celibato porque cree que así se desempeñan mejor las funciones religiosas.
"Si un hombre quiere casarse, es una señal de que no fue elegido para la función ministerial del sacerdote, y a diferencia de una profesión laica, el sacerdocio católico es algo a lo que una persona se siente llamada", dice el sociólogo Ribeiro Neto.
"Ceder a las presiones para que los sacerdotes se casen sería, según la Iglesia, facilitar la entrada de personas que no tienen verdadera vocación y que se acabarían convirtiendo en malos sacerdotes", explica.
Este es el argumento que la Iglesia utiliza cuando se insinúa que abolir el celibato reduciría los casos de pedofilia.
"Para la Iglesia, los casos de pedofilia que se han divulgado recientemente son consecuencia de la elección de personas sin una verdadera vocación".
"Si los sacerdotes se casaran podría tener un efecto adverso, facilitando el ingreso de personas sin vocación y sin una espiritualidad sólida ", dice el sociólogo, explicando el punto de vista del Vaticano.

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