miércoles, 25 de septiembre de 2019

DECALOGO DEL ABOGADO

DECÁLOGOS DEL ABOGADO

1 Decálogo de san Ivo de Kermartin (1253-1303)

 1º Ningún abogado aceptará la defensa de casos injustos, porque son perniciosos para la conciencia y el decoro.
2º El abogado no debe cargar al cliente con gastos exagerados.
3º Ningún abogado debe defender causas valiéndose de medios ilícitos o injustos.
 4º Debe tratar los casos de todos los clientes como si fueran propios.
5º No debe ahorrar trabajo ni tiempo para obtener el triunfo del caso que le ha sido encomendado.
6º Ningún abogado debe aceptar más querellas de las que su tiempo disponible le permita.
7º El abogado debe amar la justicia y la honradez, tanto como a las propias niñas de sus ojos.
8º La demora y la negligencia de un abogado a menudo causa perjuicio al cliente, y cuando esto acontece el abogado debe indemnizarlo.
9º Si un abogado pierde un caso debido a su negligencia, debe recompensar debidamente al cliente perjudicado.
10º Para hacer una buena defensa el abogado debe ser verídico, sincero y lógico.
11º Un abogado debe pedir ayuda a Dios en sus defensas, pues Dios es el primer protector de la justicia.
 12º Los principales requisitos de un abogado son: sabiduría, estudio, diligencia, verdad y sentido de justicia.


Decálogo de san Alfonso María de Ligorio (1696-1787)

1º Jamás es lícito aceptar causas injustas porque es peligroso para la conciencia y la dignidad
2º No se debe defender causa alguna con medios ilícitos
3º No se debe imponer al cliente pagos que no sean obligados, bajo pena de devolución.
4º Se debe tratar la acusa del cliente con el mismo cuidado que las cosas propias.
5º Es preciso entregarse al estudio de los procesos a fin de que de ellos puedan deducir los argumentos útiles para la defensa de las causas que son confiadas a los abogados.
6º Las demoras y negligencias de los abogados son perjudiciales a los intereses de los clientes. Los perjuicios así causados deben, pues, ser reembolsados al cliente. Si no se hace así se peca contra la justicia.
7º El abogado debe implorar el auxilio de Dios en las causas que tiene que defender, pues Dios es el primer defensor de la justicia.
 8º No es aceptable que el abogado acepte causas superiores a su talento, a sus fuerzas o al tiempo que muchas veces le faltará para preparar adecuadamente su defensa.
 9º El abogado debe ser siempre justo y honesto, dos cualidades que debe considerar como a las niñas de sus ojos.
10º Un abogado que pierde una causa por su negligencia es deudor de su cliente y debe reembolsarle los perjuicios que le ocasione.

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