DECÁLOGOS DEL ABOGADO
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Decálogo de san Ivo de Kermartin (1253-1303)
1º Ningún abogado aceptará la defensa de casos injustos, porque son
perniciosos para la conciencia y el decoro.
2º El abogado no debe cargar al cliente con gastos exagerados.
3º Ningún abogado debe defender causas valiéndose de medios ilícitos
o injustos.
4º Debe tratar los casos de todos los clientes como si fueran propios.
5º No debe ahorrar trabajo ni tiempo para obtener el triunfo del caso
que le ha sido encomendado.
6º Ningún abogado debe aceptar más querellas de las que su tiempo
disponible le permita.
7º El abogado debe amar la justicia y la honradez, tanto como a las
propias niñas de sus ojos.
8º La demora y la negligencia de un abogado a menudo causa
perjuicio al cliente, y cuando esto acontece el abogado debe
indemnizarlo.
9º Si un abogado pierde un caso debido a su negligencia, debe
recompensar debidamente al cliente perjudicado.
10º Para hacer una buena defensa el abogado debe ser verídico,
sincero y lógico.
11º Un abogado debe pedir ayuda a Dios en sus defensas, pues Dios es
el primer protector de la justicia.
12º Los principales requisitos de un abogado son: sabiduría, estudio,
diligencia, verdad y sentido de justicia.
Decálogo de san Alfonso María de Ligorio (1696-1787)
1º Jamás es lícito aceptar causas injustas porque es peligroso para la
conciencia y la dignidad
2º No se debe defender causa alguna con medios ilícitos
3º No se debe imponer al cliente pagos que no sean obligados, bajo
pena de devolución.
4º Se debe tratar la acusa del cliente con el mismo cuidado que las
cosas propias.
5º Es preciso entregarse al estudio de los procesos a fin de que de
ellos puedan deducir los argumentos útiles para la defensa de las
causas que son confiadas a los abogados.
6º Las demoras y negligencias de los abogados son perjudiciales a los
intereses de los clientes. Los perjuicios así causados deben, pues,
ser reembolsados al cliente. Si no se hace así se peca contra la
justicia.
7º El abogado debe implorar el auxilio de Dios en las causas que tiene
que defender, pues Dios es el primer defensor de la justicia.
8º No es aceptable que el abogado acepte causas superiores a su
talento, a sus fuerzas o al tiempo que muchas veces le faltará para
preparar adecuadamente su defensa.
9º El abogado debe ser siempre justo y honesto, dos cualidades que
debe considerar como a las niñas de sus ojos.
10º Un abogado que pierde una causa por su negligencia es deudor de
su cliente y debe reembolsarle los perjuicios que le ocasione.
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